Es navidad¿qué tiene de malo?
Me encanta la Navidad.
En estos tiempos que corren, casi lo digo con un poco de vergüenza.Si formas parte de todo el tinglado navideño, formas parte de la locura consumista, de los atracones irracionales de turrón de chocolate y roscos de vino - Dios, cómo me gustan los jodidos roscos de vino-, de la hipocresía de las felicitaciones navideñas y de vergonzosas borracheras con familiares y amigos.
Como todo en la vida, hay dos formas de verlo.
Yo soy feliz en Navidad.
Para mí se abre la veda con los primeros adornos. Cada año cuelgo una pareja de muñequitos de nieve de madera en la puerta de mi casa y cada vez que lo hago no puedo dejar de sonreir.Probablemente es el adorno de navidad más cursi de la historia de los adornos navideños pero me encanta.Ya llevan unos pocos de días colgados de mi puerta, tan monos y sonrientes...Aún me queda convertir las escaleras de caracol y la baranda de mi terraza en una especie de puticlub, con sus luces de colores intermitentes. Mi casa se convierte en navidad en la más alegre de la calle , ¿qué tiene eso de malo?
El siguiente día importante en el calendario navideño es el 22 de Diciembre. Nada más levantarme pongo la tele para escuchar el monótono soniquete de los niños de San Ildefenso. Me gusta que el gordo se haga esperar, así mis ilusiones tardan un poco más en desaparecer.
Después nochebuena, cena con familia y copa en casa con los amigos antes de disfrutar del frío de Diciembre en los pubs del pueblo.
Nochevieja abarca todo el día: pelu por la mañana, almuerzo a mediodía con entrega de amigo invisible, café y pacharán, cena con amigos y fiesta en la cochera.
La resaca de añonuevo es algo que eliminaría, pero no se puede tener todo.
Cena de reyes sólo chicas, regalos de reyes, almuerzo de Reyes y desalojo de los muñequitos de nieve.
Si todo vuelve a ser así este año, todo será perfecto.
Esta mañana he ido a comprar tinta negra para la impresora y el menudo y simpaticote inglés que regenta la tienda de ordenadores me ha deseado feliz navidad , ¿qué tiene eso de malo?
En estos tiempos que corren, casi lo digo con un poco de vergüenza.Si formas parte de todo el tinglado navideño, formas parte de la locura consumista, de los atracones irracionales de turrón de chocolate y roscos de vino - Dios, cómo me gustan los jodidos roscos de vino-, de la hipocresía de las felicitaciones navideñas y de vergonzosas borracheras con familiares y amigos.
Como todo en la vida, hay dos formas de verlo.
Yo soy feliz en Navidad.
Para mí se abre la veda con los primeros adornos. Cada año cuelgo una pareja de muñequitos de nieve de madera en la puerta de mi casa y cada vez que lo hago no puedo dejar de sonreir.Probablemente es el adorno de navidad más cursi de la historia de los adornos navideños pero me encanta.Ya llevan unos pocos de días colgados de mi puerta, tan monos y sonrientes...Aún me queda convertir las escaleras de caracol y la baranda de mi terraza en una especie de puticlub, con sus luces de colores intermitentes. Mi casa se convierte en navidad en la más alegre de la calle , ¿qué tiene eso de malo?
El siguiente día importante en el calendario navideño es el 22 de Diciembre. Nada más levantarme pongo la tele para escuchar el monótono soniquete de los niños de San Ildefenso. Me gusta que el gordo se haga esperar, así mis ilusiones tardan un poco más en desaparecer.
Después nochebuena, cena con familia y copa en casa con los amigos antes de disfrutar del frío de Diciembre en los pubs del pueblo.
Nochevieja abarca todo el día: pelu por la mañana, almuerzo a mediodía con entrega de amigo invisible, café y pacharán, cena con amigos y fiesta en la cochera.
La resaca de añonuevo es algo que eliminaría, pero no se puede tener todo.
Cena de reyes sólo chicas, regalos de reyes, almuerzo de Reyes y desalojo de los muñequitos de nieve.
Si todo vuelve a ser así este año, todo será perfecto.
Esta mañana he ido a comprar tinta negra para la impresora y el menudo y simpaticote inglés que regenta la tienda de ordenadores me ha deseado feliz navidad , ¿qué tiene eso de malo?
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