Caillou y otras cosas de mayores
Ya pasada la cuarentena, y no hablo de ébola si no de postparto, me apetecía dejar a un lado los pañales con sorpresa, los discos de lactancia y los bodys del h&m, y sentarme a escribir algo de adultos.
Pero,¿qué podría escribir de adultos? Desde luego nada de política, ya tengo miembros en la familia que se encargan de ese tema y no es mi favorito precisamente.
¿Amor?¿Otra vez amor? No y no, ya tengo muy trillado el tema de los amores pasados y los presentes, aunque sin duda volveré a él, pues uno suele volver a su esencia.
¿Sexo?Definitivamente no, especialmente desde que mi madre tiene facebook.
Quiero rehuir cualquier tema relacionado con la maternidad para evadirme un rato del rol prioritario en esta etapa de mi vida, pero no sé que tipo de sustancia química produce mi cerebro, tal vez expedida por la leche fabricada en mis glándulas mamarias, pero el primer adulto que acude a mi mente es la madre de Caillou.
Sí, Caillou, ese niño pelón francés que mi hija no se cansa de ver día tras día en el desayuno y en la cena. Bien, pues pienso en su madre, con sus cinco kilillos de más y la voz de Meredith de Anatomía de Grey, lo cual no la convierte en cirujana pero sí la hace aún más detestable por pluscuamperfecta.
Ella llega del trabajo con sus bolsas del mercado y con una sonrisa puesta, se percata al entrar en la habitación de su hijo que éste ha pintado en la pared (lo cual ya es raro de cojones porque Caillou es el niño más inhumanamente bueno del mundo), y en ves de alterarse mínimamente o fruncir el gesto una fracción de segundo, ella le explica a Caillou, pausadamente y sin levantar el tono de voz , el porqué no ha obrado bien y lo acompaña por un trapo húmedo con el cual Caillou limpia sin problemas todo lo pintado.
Obviamente Caillou no habrá utilizado un rotulador permanente porque si no no saldría tan facil y su madre se habría alterado un poco, creedme, sé de lo que estoy hablando.
En fin, ya he vuelto hacerlo, estoy hablando de madres aunque sean madres de dibujos animados y hoy no quería escribir nada de eso, pero tengo un bebé reclamando su ración de teta desde la cuna y ya debo dejar estos menesteres.
Bueno algún día, alguien me abordará con alguna pregunta indiscreta, o tendré un roce con un funcionario o escucharé ruidos en la noche y querré escribir sobre ello, ahora de momento lo que toca es esto.
Que tengáis un feliz martes
Pero,¿qué podría escribir de adultos? Desde luego nada de política, ya tengo miembros en la familia que se encargan de ese tema y no es mi favorito precisamente.
¿Amor?¿Otra vez amor? No y no, ya tengo muy trillado el tema de los amores pasados y los presentes, aunque sin duda volveré a él, pues uno suele volver a su esencia.
¿Sexo?Definitivamente no, especialmente desde que mi madre tiene facebook.
Quiero rehuir cualquier tema relacionado con la maternidad para evadirme un rato del rol prioritario en esta etapa de mi vida, pero no sé que tipo de sustancia química produce mi cerebro, tal vez expedida por la leche fabricada en mis glándulas mamarias, pero el primer adulto que acude a mi mente es la madre de Caillou.
Sí, Caillou, ese niño pelón francés que mi hija no se cansa de ver día tras día en el desayuno y en la cena. Bien, pues pienso en su madre, con sus cinco kilillos de más y la voz de Meredith de Anatomía de Grey, lo cual no la convierte en cirujana pero sí la hace aún más detestable por pluscuamperfecta.
Ella llega del trabajo con sus bolsas del mercado y con una sonrisa puesta, se percata al entrar en la habitación de su hijo que éste ha pintado en la pared (lo cual ya es raro de cojones porque Caillou es el niño más inhumanamente bueno del mundo), y en ves de alterarse mínimamente o fruncir el gesto una fracción de segundo, ella le explica a Caillou, pausadamente y sin levantar el tono de voz , el porqué no ha obrado bien y lo acompaña por un trapo húmedo con el cual Caillou limpia sin problemas todo lo pintado.
Obviamente Caillou no habrá utilizado un rotulador permanente porque si no no saldría tan facil y su madre se habría alterado un poco, creedme, sé de lo que estoy hablando.
En fin, ya he vuelto hacerlo, estoy hablando de madres aunque sean madres de dibujos animados y hoy no quería escribir nada de eso, pero tengo un bebé reclamando su ración de teta desde la cuna y ya debo dejar estos menesteres.
Bueno algún día, alguien me abordará con alguna pregunta indiscreta, o tendré un roce con un funcionario o escucharé ruidos en la noche y querré escribir sobre ello, ahora de momento lo que toca es esto.
Que tengáis un feliz martes
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