REINICIANDO
Creo que mi disco duro ha petado. Mi cerebro ya no puede almacenar más horas, datos o caras, y de vez en cuando se bloquea y ni el ctrl+alt+supr , me reinicia el sistema.
Ayer fue el pádel, el mío no obviamente, el de mi marido, que me llamó a ver dónde andaba para que me quedara con los niños que él tenía que irse al pádel. ¡Ostras el pádel! "¿Es que no te acordabas?¡Si te lo dije!", pues no, ni remotamente. Ni del padel, ni de la autorización para la foto de grupo del cole. Sí, la de todos los años, sí la de 5 euros para los del AMPA y 7 para los demás padres pringados. La que nunca sé por qué caigo en la trampa de pagar todos los años, pero claro, quién le dice a la niña que no se haga la foto con sus compañeros por 5 euros (bueno en mi caso 7 por mi condición de madre pringada) que me los gasto yo compulsivamente cada semana en las capsulas de café cortado para la Dolce Gusto. Pero bueno, las fotos y el ampa es otro tema, que ya me estoy yendo por peteneras.
Estos son los últimos ejemplos, pero tengo decenas, a diario, que yo no sé si es la edad o qué, y no hablo de los despistes tipo me dejo el paragüas en la cafetería, el bolso colgado en el baño del Eroski o echo la matrícula en periodismo un día después del plazo (sí, hija, esto me va a perseguir la vida entera), esos venían ya en mi ADN. Estos son otro tipos de despistes nuevos. Con el que peor lo paso, es con uno que me pasa muchísimo ultimamente. Cuando ese supuesto desconocido se te acerca y te saluda efusivamente y a ti se te queda cara de panoli y él te pregunta:
- ¿No sabes quién soy?
Y yo lo primero que pienso siempre es que se ha equivocado, que en realidad cree que soy mi hermana, que es algo que me pasa desde hace años. Pero entonces le digo que a lo mejor se ha confundido con mi hermana y mi interlocutor me dice que no, que sabe quien soy y me da detalles, de mi familia, mi marido y mis hijos. Ahí ya empiezo a notar la gotilla de sudor emanando de mis glándulas sudoríparas y entonces suelto:
- Ains, pues no caigo ahora mismo.
- ¡Pero cómo que no! ¿No te acuerdas del día ese que [...] y de cuando íbamoS a [....]?
QUE NO, COÑO, QUE NO. Pero claro no se lo digo así, le digo:
- Ay, yo es que para las caras soy un desastre...
Pero el caso es que eso es mentira, o al menos lo era hasta hace unos pocos años cuando yo me jactaba de mi memoria y mi público alucinaba de que yo recordara la ropa que llevaba puesta todo el mundo, empezando por una servidora, en cualquier acontecimiento social pasado aunque hubiera acontecido en los noventa. Y si había que recordar el nombre de un grupo, una canción, una serie o un actor, allí estaba la VANEPEDIA para dar la información. Y en cambio ahora, estaba yo el otro día viendo una peli intentando recordar cómo cojones se llamaba la protagonista, sí la pelirroja esta de la nariz respingona, la que hacía de princesa en Encantada, la que salía en la Llegada, noooo, Jessica Chastain no, la otra. Pues nada, acabo la peli y no hubo forma y yo allí sin buscarlo en el móvil obligándome a ejercitar mis neuronas. Amy Adams, así se llamaba la pelirroja, el flash me vino dos días después mientras me comía unos macarrones.
Pues eso, que yo no sé si es la edad, el atontamiento general provocado por el uso indiscriminado de los aparatos electrónicos o porque directamente ya paso de acordarme de tanta gilipollez. El caso es que hoy lo escribo en el blog, ¿sabéis por qué? Porque me he acordado hoy que tenía un blog muerto de asco, abandonaíto él solico en el ciberespacio, sin nadie que le escribiera. Angelico mío.
Bueno, pues hasta la próxima, amores, si es que me acuerdo.
Ayer fue el pádel, el mío no obviamente, el de mi marido, que me llamó a ver dónde andaba para que me quedara con los niños que él tenía que irse al pádel. ¡Ostras el pádel! "¿Es que no te acordabas?¡Si te lo dije!", pues no, ni remotamente. Ni del padel, ni de la autorización para la foto de grupo del cole. Sí, la de todos los años, sí la de 5 euros para los del AMPA y 7 para los demás padres pringados. La que nunca sé por qué caigo en la trampa de pagar todos los años, pero claro, quién le dice a la niña que no se haga la foto con sus compañeros por 5 euros (bueno en mi caso 7 por mi condición de madre pringada) que me los gasto yo compulsivamente cada semana en las capsulas de café cortado para la Dolce Gusto. Pero bueno, las fotos y el ampa es otro tema, que ya me estoy yendo por peteneras.
Estos son los últimos ejemplos, pero tengo decenas, a diario, que yo no sé si es la edad o qué, y no hablo de los despistes tipo me dejo el paragüas en la cafetería, el bolso colgado en el baño del Eroski o echo la matrícula en periodismo un día después del plazo (sí, hija, esto me va a perseguir la vida entera), esos venían ya en mi ADN. Estos son otro tipos de despistes nuevos. Con el que peor lo paso, es con uno que me pasa muchísimo ultimamente. Cuando ese supuesto desconocido se te acerca y te saluda efusivamente y a ti se te queda cara de panoli y él te pregunta:
- ¿No sabes quién soy?
Y yo lo primero que pienso siempre es que se ha equivocado, que en realidad cree que soy mi hermana, que es algo que me pasa desde hace años. Pero entonces le digo que a lo mejor se ha confundido con mi hermana y mi interlocutor me dice que no, que sabe quien soy y me da detalles, de mi familia, mi marido y mis hijos. Ahí ya empiezo a notar la gotilla de sudor emanando de mis glándulas sudoríparas y entonces suelto:
- Ains, pues no caigo ahora mismo.
- ¡Pero cómo que no! ¿No te acuerdas del día ese que [...] y de cuando íbamoS a [....]?
QUE NO, COÑO, QUE NO. Pero claro no se lo digo así, le digo:
- Ay, yo es que para las caras soy un desastre...
Pero el caso es que eso es mentira, o al menos lo era hasta hace unos pocos años cuando yo me jactaba de mi memoria y mi público alucinaba de que yo recordara la ropa que llevaba puesta todo el mundo, empezando por una servidora, en cualquier acontecimiento social pasado aunque hubiera acontecido en los noventa. Y si había que recordar el nombre de un grupo, una canción, una serie o un actor, allí estaba la VANEPEDIA para dar la información. Y en cambio ahora, estaba yo el otro día viendo una peli intentando recordar cómo cojones se llamaba la protagonista, sí la pelirroja esta de la nariz respingona, la que hacía de princesa en Encantada, la que salía en la Llegada, noooo, Jessica Chastain no, la otra. Pues nada, acabo la peli y no hubo forma y yo allí sin buscarlo en el móvil obligándome a ejercitar mis neuronas. Amy Adams, así se llamaba la pelirroja, el flash me vino dos días después mientras me comía unos macarrones.
Pues eso, que yo no sé si es la edad, el atontamiento general provocado por el uso indiscriminado de los aparatos electrónicos o porque directamente ya paso de acordarme de tanta gilipollez. El caso es que hoy lo escribo en el blog, ¿sabéis por qué? Porque me he acordado hoy que tenía un blog muerto de asco, abandonaíto él solico en el ciberespacio, sin nadie que le escribiera. Angelico mío.
Bueno, pues hasta la próxima, amores, si es que me acuerdo.
Comentarios
Publicar un comentario