COSITAS NAVIDEÑAS I: BRILLAR O MORIR ( especial Shein)

Shein es el nuevo Zara, pero en cutre, eso es así. Si comprar en Zara me causa remordimientos al pensar en las condiciones de trabajo de los países donde fabrican sus prendas, comprar en Shein me lleva directa al averno. Por no hablar del impacto medioambiental de la huella de carbono por culpa de los numerosos vuelos desde China que provocamos con nuestro "añadir al carrito". Bueno, pues voy a arder en el infierno como un choricito en su cazuela, porque todos mis outfits navideños proceden de allí. Y es que una quiere ir mona a todos los eventos navideños sin arruinarse en el intento, que para arruinarnos ya están los Reyes Magos, Papa Noel, la cena de las compis del baile, la comida con los amigos de toda la vida, la salida de chicas, la merienda anual de amigas de la Plaza, la reunión de madres de tercero, la de primero C, el regalito a los profes, los adornos navideños (también se pueden comprar en Shein, pero casi mejor vas al chino de tu barrio, que es lo mismo pero sin huella de carbono) y las fotos de Navidad, porque sí, también hago fotos de Navidad oficiales pese a tener el disco duro a full de fotos familiares de los cuatro, pero es Navidad y la cosa va de eso, de perder el raciocinio y de paso los ahorros.
Pero centrémonos, volvamos a los look navideños, porque ay qué ver lo que nos gusta un brilli-brilli. En cualquier otro momento del año vestir como un ferrero rocher nos parecería vulgar, hortera, desmesurado, choni y merdellón, pero el 31 de diciembre y alrededores, ¡vivan las lentejuelas! Cuanto más daño causemos en las córneas de aquellos que nos encontramos a nuestro paso, mejor. A más dosis de destellos refulgentes y cegueras transitorias, mayor triunfo. Olé el lamé, el lúrex y la purpurina, cuánta más brillantina en ojos, medias, labios y/o pelo, más fructífera será la noche, o al menos, si te has pasado dándole al rosé y te extravías en tu regreso a casa, la policía podrá verte el cebollón a kilómetros desde el coche patrulla, que ya quisieran muchos chalecos reflectantes llamar tanto la atención como tú borracha envuelta en tu vestido de lentejuelas del Shein.

Bueno, jóvenes, os dejo que están llamando al timbre y creo que es un repartidor cargado con su extra de ilusión y con sus brillantes paquetitos de allende los mares. O tal vez es Lucifer, que viene presto a por mí antes de que añada algo más al carrito.
 


            

     

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